La tecnología LED ofrece innumerables posibilidades para gestionar el alumbrado y diseñar edificios inteligentes.
Para demostrar cómo está cambiando internet una de las más antiguas y menos emocionantes industrias tecnológicas que existe, el ingeniero de Philips Lighting, Shane De Lima, sacó su smartphone. Con un movimiento de pulgar sobre la pantalla mandó un mensaje a un router wifi cercano y después a un nodo inalámbrico, que a su vez envió una orden de radio a un chip en la base de una bombilla LED que teníamos delante.
Un momento después, la sala de reuniones en la que estábamos, se oscureció.
Podría parecer una forma rebuscada de apagar las luces. O podría ser el primer paso en el nuevo camino que han encontrado las empresas de iluminación, como Philips, para vender bombillas para redes, software, aplicaciones y nuevos tipos de servicios.
La introducción de la iluminación en red en hogares y negocios se está dando gracias a otra tendencia anterior. La sustitución de las bombillas fluorescentes e incandescentes por LED, diodos emisores de luz ultraeficientes. El Departmento de Energía de Estados Unidos afirma que los LED representaban el 4% del mercado de la iluminación estadounidense en 2013, pero predice que esta cifra crecerá hasta el 74% de todas las bombillas para 2030.
Como los LED son dispositivos sólidos que emiten luz de un chip semiconductor, ya están colocados sobre un circuito. Eso significa que pueden compartir fácilmente espacio con sensores, chips inalámbricos y un pequeño ordenador, lo que permite que las lámparas se conviertan en nodos sensores en red.
El año pasado Philips permitió a desarrolladores externos a la empresa acceder al software que gestiona su gama de bombillas domésticas LED Hue, por ejemplo. Y ahora podemos descargarnos Goldee, una aplicación que ilumina tu casa con la luz de un atardecer parisino, o Ambify, una aplicación de 2,99 dólares (unos 2,2 euros) creada por un programador alemán que hace que las luces parpadeen al ritmo de la música.
Es un negocio muy distinto al de la venta de bombillas, algo que Philips hace desde 1891. "Ahora que la luz se ha digitalizado, hemos empezado a entender cómo podemos controlarla, integrarla con otros sistemas y recoger muchos datos", afirma el director global de sistemas de iluminación para interiores de Philips, Brian Bernstein.
Otro ejemplo de cómo están cambiando los sistemas de iluminación llegará el mes de noviembre próximo, cuando la sede regional de Deloitte en Amsterdam (Holanda), de 14 pisos y casi terminada de construir, encienda todas las lámparas LED en red del edificio, la primera instalación de este tipo para Philips.
Cada una de las 6.500 lámparas del edificio tendrá una dirección IP y cinco sensores, todos ellos conectados sólo a cables de Ethernet (usarán la tecnología de "energía a través de Ethernet" para llevar la electricidad a cada lámpara además de los datos). Las lámparas incluyen un sensor de luz para atenuar el brillo de los LED durante el día, y un detector de movimiento que cubre el área que está justo debajo de cada luz y la apaga cuando no hay nadie. "Esperamos gastar un 70% menos en electricidad porque estos sistemas nos permiten un control mucho mayor", explica el director de información para Deloitte en Holanda, Erik Ubels. Los demás sensores de las lámparas pueden medir la temperatura, la humedad, el dióxido de carbono y el calor, convirtiendo a estas en una especie de sistema de gestión del edificio.
Las bombillas LED son caras, pero se están abaratando rápidamente. Una LED "tonta" que da la misma luz que una bombilla incandescente de 1,25 dólares (unos 90 céntimos de euro), se vende por 9 dólares (unos 6,5 euros), pero usa una sexta parte de la energía y dura mucho más. Hace apenas un par de años esta misma bombilla costaba 40 dólares (unos 29 euros). Una bombilla LED conectada de la gama Hue de Philips se vende en EEUU por 59 dólares (unos 43 euros). Y estas también bajarán de precio. Philips afirma que ahora una tercera parte de sus ingresos de iluminación proviene de las bombillas LED, y un 1,7% de las nuevas LED que se pueden conectar a internet.
Pero además se están explorando muchos otros usos. Un gran almacén de Dusseldorf (Alemania) está usando LED para enviar frecuencias de luz que se comunican con los smartphones de sus clientes. Y Philips ha instalado farolas en Barcelona que reaccionan en función de la cantidad de gente que haya pasando por debajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario